Unos monumentales Red Hot Chili Peppers se presentaron en Argentina

Con todas las entradas vendidas, el concierto de los Red Hot Chili Peppers estuvo plagado de altos momentos de intensidad instrumental, emotividad genuina y regalos en un setlist variado y plagado de joyas de su repertorio rico en genialidad.

Con Frusciante de regreso y a la cabeza de esta nueva etapa como retornado, el grupo despachó veinte canciones que se pasearon por casi toda su discografía. Chad, Flea y Frusciante subieron al escenario para construir una jam que se paseó por instantes de delicadeza, pasando por alta energía y una potencia que elevó las sensaciones al máximo.

Ya con Anthony en el escenario arrancaron con “Can’t Stop”, y de ahí en adelante, la sucesión de himnos se dejó caer con la fuerza y delicia de una cosecha interminable de calidad, mezclándose de forma exquisita con gemas ocultas, referencias a las influencias máximas del sonido de los Chili Peppers y actualizando su repertorio con la actualidad saludable y enriquecida de la banda. 

Un punto notable y precioso fueron las improvisaciones que precedían a las canciones o que simplemente se daban de forma espontánea entre los músicos, demostrando que son unos animales musicales y que la inspiración sale por sus poros para unir sus mentes y almas, un espectáculo lleno de hermosura con segundos de introspección y delicadeza seguidos de intensidad y pirotecnia y una guitarra que aullaba por los parlantes a través de los dedos de Frusciante.«Scar Tissue», “Dani California”, “Parallel Universe” o “Californication” conviven de forma armónica con “Here Ever After”, “The Heavy Wing” o “Eddie”, y una interpretación tremenda de John Frusciante interpretando “Terrapin” en solitario con su guitarra mágica y esa voz tan personal y conmovedora. 

Entre “Soul to Squeeze”, “Right on Time” y una serie de clásicos como “By the Way”, “Suck My Kiss” el cuarteto se movía a gusto con un travieso Flea y un gran Chad Smith en la batería, demostrando su total vigencia y destreza en cada golpe, cada fill y una ejecución exquisita que hacía de cada canción una interpretación aún más robusta y colorida.

Los Red Hot Chili Peppers cerraron su primera noche en el estadio Monumental con una revisión de Blood Sugar Sex Magik, “I Could Have Lied” y la explosión final de “Give it Away” para un final perfecto y difícil de superar.

 

Cobertura: Rockwheels