Shellac, To All Trains

Cuando Steve Albini murió de un ataque al corazón a principios de mayo, Shellac estaba a sólo diez días de lanzar ‘To All Trains’. El idiosincrásico ingeniero, guitarrista, cantante y compositor dejó un catálogo que ha ayudado a mantener el curso pedregoso de la música rock underground sin adornos durante décadas, ya sea su trabajo con bandas fundacionales como Big Black, Rapeman y Shellac, o su toque inconfundible en álbumes de Breeders, Pixies, Nirvana o PJ Harvey.

Escuchar el álbum tiene que ser una de las experiencias más contradictorias que existen. En cierto sentido, dado que fue lanzado sólo diez días después de la muerte del líder Steve Albini, es un disco lleno de tristeza. Sin embargo, dado que las letras son anteriores a cualquier noción de muerte y juegan con la falta de seriedad general de Shellac, también es muy divertido escuchar las canciones. Todo esto es irónico. Como las líneas del cierre, «I Don’t Fear Hell», dicen: «Si hay un cielo, espero que se diviertan, porque si hay un infierno, ¡conoceré a todos!». Hay que escucharlos y reírse de ellos como hubiera querido Albini.

‘To All Trains’ es un álbum en el que la banda se negó a realizar algún tipo de trabajo promocional, con una duración de poco menos de media hora, es impredecible. El álbum es caótico y lleno de rock. Es un disco que no parece que se esté tomando a sí mismo demasiado en serio y al mismo tiempo se mantiene muy fiel al sonido habitual de la banda y brinda a los fans una escucha gratificante.

La belleza de Shellac está en su interpretación intuitiva, creando una música de tal dramatismo, tensión y complejidad que de alguna manera tiene un sentido lógico. El mito sobre Albini, entre muchos, era que era un comerciante de ruido, pero la verdad es todo lo contrario. Hay tanta claridad en sus grabaciones, tanto espacio en el sonido, cada instrumento está bellamente grabado y reside en su propio espacio, glorioso en su propia perfección sonora.

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‘To All Trains’ captura esos raros momentos en los que su química cinética y magia oscura fueron perfectamente capturadas por la magia del estudio de Albini. Nunca fue pensado como una pieza final o un indicador de un futuro, sino como una instantánea de una combinación musical genial y sonidos tan emocionantes y frescos como cualquier cosa que hayan hecho.

Tras la repentina muerte de Steve Albini, ‘To All Trains’ es un álbum triste de corazón pero lleno de caos, ruido y tonterías. Podría decirse que no hay mejor canto de despedida para acompañar al fallecido Steve Albini. ‘To All Trains’ es un regalo para el oyente, actuando como un recuerdo para un gigante del mundo del sonido.