The Mars Volta, las letras y el sonido del más allá
Antes de entrar a grabar su álbum ‘The Bedlam in Goliath’, The Mars Volta se encontraba de gira con los Red Hot Chili Peppers. Omar Rodríguez-López compró una tabla de ouija en una tienda de curiosidades de Jerusalén y usaron el tablero como un juego, parte de su ritual de relajación posterior a los conciertos. Luego, según el guitarrista y compositor Omar Rodríguez-López, las cosas se pusieron extrañas.
La historia del tablero
La historia cuenta que conocieron a un adivino llamado “Soothsayer” que a su vez logró comunicarlos con un ser del más allá… Goliath.
Tras este suceso, la tabla Ouija quedó bautizada como “Soothsayer” y mientras más jugaban más historias descubrían, cómo la historia de un triángulo amoroso entre Goliath, su esposa y su hija que terminó con un terrible crimen. Las letras del álbum se inspiraron en las historias contadas por Goliath y en palabras de los propios músicos, contienen poemas que ellos no escribieron, ya que la banda iba anotando todo lo que Goliath contaba.
El vocalista Cedric Bixler-Zavala se obsesionó con el juego al grado de convertirlo en una adicción casi igual al de las drogas. El ser del otro mundo comenzó a pedir cosas más extrañas y tenebrosas, por lo que decidieron terminar el juego.
«Omar me regaló una ouija cuando estuvo en Jerusalén, y me gustó mucho. A medida que jugábamos, yo iba apuntando los mensajes, los nombres y la gente que iba apareciendo. Uno de ellos era Goliath, que parecía ser tres personas en una. También descubrimos que, oculta en su interior, había una poesía».
Definitivamente, señala el cantante, no era normal. «La mayoría de las letras de las canciones vienen de aquellas sesiones: «Ilyeana», «Tourniquet Man» o la propia «Goliath». También del poema, en el que se describía un triángulo amoroso entre un hombre, una mujer y la hija».
«El caso es que, además, la tabla tenía dentro el espíritu atrapado de un muerto. Así que, cuanto más jugábamos, peor suerte teníamos. Por eso, pensamos que lo mejor era combatir el fuego con fuego y crear nuestra propia versión del tablero, que se puede encontrar en la edición en vinilo. Cualquiera puede jugar y redireccionar esta mala energía de nosotros, abriendo un portal tras otro. Y de eso es de lo que va el disco, de nosotros cantando y tocando para intentar salvarnos de esta especie de maldición».
¿Que sucedió con la Ouija?
Ya acabada la música y durante el proceso de producción del mismo, las sesiones, los contactos con la entidad Goliath se vuelven más frecuentes. Ya no solo había historias sino también exigencias que los músicos cumplían a cambio de su inspiración. Goliath tenía peticiones como ofrendas en alcohol, pero con el tiempo dicho ser se fue poniendo más demandante, hasta que en un momento la entidad les pedía “entrar” en el cuerpo de los músicos, así como alguna persona que le sirviera como recipiente.
Al no hacer caso a sus últimas exigencias, dicha entidad los amenazó con que si no le hacían caso serían maldecidos. En este punto Rodríguez Lopez tomó el tablero, lo rompió en dos y enterró cada parte por separado. Ambos juraron no revelar la ubicación de la tabla e incluso le pidieron a los miembros de The Mars Volta que no se volviera a hablar del tema.
Los problemas al entrar al estudio
Terminó la gira y llegó el momento de trabajar en el nuevo disco, ahí fue cuando los sucesos extraños comenzaron a desatarse, algunas grabaciones se perdieron y no se encontraron nunca. El disco originalmente iba a tener piezas de mayor duración, pero se optó finalmente en acortar las canciones. Además por las abundantes lluvias que hubo en la ciudad donde se encontraba el estudio de grabación de Lopez en Brooklyn, se inundó un par de veces perdiendo mucho equipo. También dejaron la banda tres bateristas: Jon Theodore, Blake Fleming y Deantoni Parks y su ingeniero renunció argumentando que “estaban jugando con la muerte”, Cedric tuvo una lesión grave en las piernas, por lo que dejó de caminar un tiempo y finalmente se inundó su estudio de grabación.
De manera extra oficial, se sabe que los sucesos llegaron a un punto, en el que el proceso de grabación se convirtió una tortura, sin embargo, los músicos pensaron que la única forma de concluir con las historias, era terminar el disco y no volver a hablar de ello nunca más. El resultado de todo esto fue ‘The Bedlam in Goliath’, su cuarto material discográfico que se publicó en 2008.
Pasado un tiempo, Omar Rodríguez habló sobre este trabajo y comentó lo difícil que fue para él y sus compañeros grabar este material.
«Fue difícil hacerlo, pero de una forma superficial es un disco muy cabrón, sin espacio ni aire. Fue como si estuviera enterrado vivo… Cuando lo terminé no me sentía nada bien, no quise hacer entrevistas sobre el álbum, no lo quería escuchar, quería hacer uno nuevo, entonces fuimos de gira y con el tiempo, claro, uno empieza a cambiar, y ahora lo veo como un disco positivo; me siento feliz, contento y doy gracias a Dios que tuve que pasar por esa experiencia que me llevó a un sitio nuevo, me hizo desarrollarme como músico y persona. Tocar las canciones de este álbum en vivo cambió la sensación que me provocó grabarlo en el estudio”.