Soft Cell hizo bailar a Barcelona

En una noche estrellada de verano en Barcelona, domingo de votación presidencial en España, el espíritu de los años ochenta regresó a los escenarios en la ciudad catalana. La cita tuvo lugar en el emblemático Poble Espanyol, recordemos que esta actuación se hizo en marco del ALMA, Festival Jardins de Pedralbes, que cambió de sitio, en donde la organización estuvo muy bien.

El lugar se llenó de nostalgia y emoción ante la expectativa de ver a una de las bandas más icónicas del pop en vivo. Las puertas del recinto se abrieron temprano, fans de todas las edades llegaron ansiosos, luciendo peinados y atuendos inspirados en la época. El ambiente estaba cargado de energía y emoción.

Cuando aparecieron Marc Almond y Philip Larsen (quien reemplazó a Dave Ball, ausente por enfermedad), el público estalló en aplausos y vítores. Con una energía y carisma inigualables, comenzaron su presentación.

El show arrancó con «Torch», un himno de la época synthpop, bailable a más no poder. De su última placa sonaron «Purple Zone», «Happy Happy Happy» y «Nostalgia Machine», canciones muy lindas, que el público coreó con energía.

Se percibió que Marc tenía problemas con su voz, que se fueron arreglando con el paso del concierto. La conexión entre Marc y Philip se hacía evidente en cada acorde y nota interpretada, lo que hacía aún más especial la experiencia para todos los presentes.

Pasaron canciones hermosas como «Soul Inside», «Memorabilia», «What», «Seedy Films», y el final, aunque previsible con «Tainted Love» (una versión distinta a la que bailamos millones de veces) y «Say Hello, Wave Goodbye».

Al final del show, le alcanzaron un ramo de rosas a Marc, con el cual hizo lluvia de pétalos de rosas a los integrantes de la banda (3 coristas, Philip y saxo) y a el mismo, no fue su mejor versión, pero si nos fuimos con una sonrisa y haber podido disfrutar de su música.

 

Fotógrafo: Guillermo C.

Crónica: Carolina D.