Rage Against The Machine, Evil Empire

El 16 de abril de 1996, Rage Against the Machine solidificó su estatus como uno de los grupos de rock más vitales, influyentes e importantes de su generación con el lanzamiento de su álbum Evil Empire.

Hubo rumores de tensiones dentro de la banda con respecto al álbum, que llegó casi cuatro años después de su disco debut homónimo. Pero cuando se le preguntó sobre el retraso, el guitarrista Tom Morello había dicho al medio Kerrang!: «Los diferentes miembros de la banda tienen diferentes intereses que han estado persiguiendo, pero principalmente, la razón principal del retraso entre discos fue tratar de encontrar la combinación correcta de nuestras diferentes influencias que harían un disco con el que todos estábamos contentos y eso fue genial. Fue un proceso largo».

Si bien los cuatro miembros de la banda pueden haber tenido diversas influencias musicales, algo en lo que sí estuvieron de acuerdo fue en usar la música como plataforma para transmitir un mensaje. El álbum Evil Empire incluso venía influenciados por autores como James Baldwin, George Orwell, Abbie Hoffman, Toni Morrison, William Powell, Norman Mailer y otros autores.

A lo largo del Evil Empire se tocan temas como la migración, el servicio militar, el maltrato doméstico y por supuesto, la opresión que estos y otros temas provocan. Este álbum sigue siendo feroz, mostrando los mismos dientes y avanzando con la misma energía que su predecesor. No es tan crudo como el debut y tiene algunas canciones que suenan un poco genéricas, pero sí proporciona algunos momentos increíbles en los que la banda parece dejar que la rabia fluya a través de ellos.

Aunque RATM entregó un álbum que para muchos es más de lo que siempre ofrecieron, a veces es necesario seguir esta fórmula para llegar a los oídos que quieres que te escuchen y tu mensaje sea tomado en cuenta.

La portada, de inspiración soviética, subvierte el significado que Reagan le había dado en los ochenta al «imperio del mal» (la URSS) y refleja que «el sueño americano» no es más que un espejismo para aquellos ubicados en la parte más baja de la escala social.

Hoy podemos darnos cuenta que la mayoría de sus letras resultaron ser atemporales.