Primal Scream también estuvo a la altura y realizó un gran concierto en la última jornada del Mad Cool. La banda de rock escocesa formada en 1982, ha estado lanzando música durante más de cuarenta años con una base de fans dedicados a sacudirse las responsabilidades de la vida por una noche.

Mostrando toda su experiencia en vivo, la banda abandonó un poco los aspectos house de sus obras más famosas, inclinándose más hacia los licks de guitarra entrecortados al estilo de los Rolling Stones y las melodías gospel que componían el resto de su sonido. Bobby Gillespie parecía ágil y juvenil mientras dirigía con confianza el set que la banda preparó para este concierto.

Todos fueron clásicos en el concierto. La atmósfera ya no decaía y Primal Scream se estaba creciendo según avanzaba el concierto, así que a los temas finales llegaron pletóricos, presumiendo de calidad instrumental y Gillespie entonado vocalmente con una gran potencia y afinación. Con un set corto, Primal Scream le dio al público del festival lo que ha venido a buscar: baile, hits y bola disco.

Crónica: J. Emilio.

Fotógrafo: Guillermo C.