Megadeth y su sinfonía de destrucción en Buenos Aires

Subiendo al escenario con un entusiasta canto de Megadeth, las leyendas del metal estadounidense abrieron el concierto con “The Sick, the Dying… and the Dead!”, “Dread and the Fugitive Mind”, “Skin o’ My Teeth” y la clásica canción “Hangar 18”. Fue impresionante como cabría esperar, con los riffs y los solos de guitarras retumbando en los oídos de los fans.

Los conciertos de Megadeth se concentran en la musicalidad del cuarteto, en la destreza técnica de un número que siempre se distinguió de sus pares, por la pulcritud combinada con brutal potencia. La banda tocó con una precisión y pasión inigualable, destrozando esas guitarras con facilidad y entregando sus éxitos atemporales.

En su setlist no faltaron las clásicas canciones como “Peace Sells”, «Wake Up Dead», “In my Darkest Hour”, o “Holy Wars… The Punishment Due”.  Un setlist de 15 canciones que no marcó nada fuera de lo común y donde las nuevas y viejas generaciones disfrutaron bajo el legendario solo de “Tornado of Souls” y respondieron con su parte del rito gritando el clásico AGUANTE MEGADETH en compañía del riff de “Symphony of Destruction”. El show de Megadeth duró una hora y 20 minutos donde se pudo ver un Dave Mustaine entregado, pero poco comunicativo con el público. Con el campo dividido entre el sector vip y el sector general, se vio al público agitando entre canción y canción, pero no tan efusivo como en otras ocasiones.

La multitud estaba encantada de ver a Dave y a la banda en plena forma, y su entusiasmo alcanzó un punto álgido a medida que avanzaba el set. Los solos de guitarra fueron especialmente asombrosos y estaba claro que el público estaba completamente disfrutando de la música de Megadeth. El trabajo de guitarra de Mustaine fue, como siempre, impresionante, pero fue la química general y la interpretación dinámica de la banda lo que hizo que el espectáculo fuera inolvidable. La voz de Dave fue tan poderosa como siempre y dominaba el escenario con un nivel de intensidad que pocos intérpretes pueden igualar. La adoración del público por él era palpable y era evidente que la música de la banda había sido una parte importante de la vida de muchos de los asistentes.

En conclusión, el Movistar Arena fue el escenario perfecto para el concierto de Megadeth. Con su excelente maestría musical demostraron que todavía están en la cima de su juego. El público abandonó el Movistar Arena satisfecho y entusiasmado, agradecido por la oportunidad de presenciar a una banda tan legendaria como Megadeth.

Crónica: Rockwheels