Mark Lanegan, el hombre de la voz profunda

Con una carrera de más de treinta años, Mark Lanegan fue uno de los nombres fuertes del grunge que, desde cierto estatus de culto, ha levantado una larga y elogiada carrera, entre colaboraciones y proyectos en solitario.

Supo reponerse a las adversidades gracias a su amor por la música, principalmente por el blues, que está plasmado en varios de sus trabajos en solitario, aunque no de la manera más habitual, junto a elementos folk, rock alternativo e incluso, puntualmente, la electrónica. Podemos decir que ha recorrido varios de estos estilos aunque no sólo eso, a sus canciones le ha dado un alma natural, cada una de sus obras tienen pinceladas de maestría en las letras, textos a veces complicados, otras veces imposibles relatados con furia sentimental. Con Screaming Trees nunca tuvo una total afinidad por realizar canciones que tuvieran que ver con el grunge, su enfoque, si bien era claro, estaba en el blues y en su capacidad de crear atmósferas oscuras desde sus primeros discos con la banda, como solista y hasta en sus colaboraciones.

«Nunca he intentado escapar de mis influencias. Desde que comencé a hacer discos, siempre he aprovechado la oportunidad para compartir las cosas que disfruté con otras personas. Recuerdo que al principio siempre me complacía mucho encontrar una manera de poner algo de mis influencias, mientras que ahora es mucho más subconsciente».

«Por lo general, dejo que la melodía venga primero y luego pienso cuáles serán las palabras y a partir de ahí escribo lo que sienta apropiado».

Mark Lanegan, talento de una voz profunda y capacidad creativa

Talento de voz profunda, capacidad creativa y una permanente búsqueda de nuevos desafíos son algunos de los rasgos que lo transforman en una figura inigualable de su generación.

Para el recuerdo queda la discografía completa de una de las voces más personales y profundas. Álbumes como ‘Straight Songs Of Sorrow’, ‘Whiskey for the Holy Ghost’, ‘Scraps at Midnight’, ‘Bubblegum’ o ‘Blues Funeral’ son simplemente obras maestras de la introspección. La grava tenue y la destrucción silenciosa de Lanegan te derriban con cada canción que pasa. Su habilidad para meterse dentro y detrás de esos lugares donde la mayoría de los músicos no pueden es asombrosa. Puede ser incómodamente hermoso pero tan necesario como el aire que respiramos.