Desde 2002, la idea de Empire State Bastard no había sido más que una simple charla entre dos amigos. No fue hasta 21 años después de esa charla que la banda finalmente se hizo realidad. Finalmente, lo que originalmente era una idea de fondo de las mentes del líder de Biffy Clyro, Simon Neil, y de Mike Vennart de Oceansize, ahora se ha convertido en una realidad.

Hay una línea clara que es la química de los músicos, especialmente complementada por el mejor baterista de música extrema, Dave Lombardo. Las guitarras de Simon y Mike arañan todo a su paso y también encontramos en la formación el bajo de Naomie Macleod (Bitch Falcon).

Con un desempeño sorprendentemente bueno, Dave Lombardo es el tornado humano que une todo a través de gran fuerza en las canciones como «Moi« o «Palms of Hands». «Tired, Aye» es un ejercicio sobre cómo suenan juntos los gritos maníacos de Simon Neil con la batería furiosa de Dave Lombardo. Después de todo, si alguien tuviera la oportunidad de gritar como loco con un miembro de Slayer, lo haría.

Incluso más allá de la insidia intencional, ‘Rivers of Heresy’ florece cuando gira hacia atmósferas embriagadoras: sintetizadores espeluznantes colorean «Stutter» y Vennart se sumerge en todo su arsenal de tonos de guitarra nítidos y completos en «Sons and Daughters», vendiendo notas sostenidas de tipo fatalista y comentario. Los pasajes casi de lamentaciones ofrecen breves reflexiones cuando sabemos que lo retorcido del lodo o la velocidad desgarradora acecha a la vuelta de la esquina. Es mejor utilizar las guitarras con moderación como ganchos contundentes en el cierre de ánimo «The Looming».

El disco es claramente una carta de amor a algunas de las bandas más importantes de la juventud de Neil y Vennart, The Melvins, Slayer (por supuesto) y Napalm Death son claras inspiraciones sin quitarle originalidad a la música. No puedes ponerle una etiqueta al álbum, hay de todo, desde doom, sludge, metal, rock y hardcore esparcidos por todo el álbum.