Chelsea Wolfe ha tenido una carrera bastante variada durante la última década y media, ya que si bien su sonido principal ha sido a menudo una mezcla de folk oscuro, rock gótico y darkwave, cada álbum ha enfatizado elementos diferentes. Con su nuevo álbum ‘She Reaches Out To She Reaches Out To She’, la artista se ha expandido aún más hacia el trip-hop o al sonido industrial dándole un sabor verdaderamente noventero.

Como era de esperar, la naturaleza cíclica del título se relaciona con los temas y el propósito del álbum, como Wolfe aclara: «es un disco sobre el yo pasado acercándose al yo presente, acercándose al yo futuro para convocar cambio, crecimiento y guía. Es una historia sobre cómo liberarte de situaciones y patrones que te frenan para poder empoderarte. Es una invitación a dar un paso hacia tu autenticidad».

Esos sentimientos se sienten a lo largo del disco, es minimalista, cruda y opulenta, íntima y expansiva. Es el tipo de álbum que tiene ganchos inmediatos, así como detalles que no se asimilan hasta muchas escuchas después, lo que demuestra la capacidad de Chelsea Wolfe para escribir buena música sin importar hacia dónde se dirija estilísticamente.

Musical y líricamente, mantiene su excelencia habitual mientras explora nuevos tapices; dicho esto, es la magnífica convicción y meticulosidad con la que canta lo que hace que cada pieza sea embriagadoramente auténtica. Incluso su similitud ocasional es un arma de doble filo porque agrega cohesión temática al viaje permitiendo que el LP se desarrolle con una visión central en lugar de como un lote desconectado de melodías.

Chelsea Wolfe realmente ha desdibujado las líneas entre lo gótico, lo industrial, el folk y todo lo demás, y si bien hay ciertos pasajes que son muy cercanos a Nine Inch Nails o Portishead, hay muchos elementos que le dan a este material una identidad propia. Wolfe ha creado un disco que logra reconocer dónde ha estado, celebrar dónde está y señalar hacia dónde se dirige, todo al mismo tiempo.