Brant Bjork trajo la brisa del desierto californiano a Buenos Aires

Si hay alguien que represente la pura esencia de la actitud y la música del desierto del sur de California ese es, sin duda, Brant Bjork. Eran las 21:30 y el músico de Palm Desert subió al escenario del Uniclub abriendo fuerte y ruidoso con sus canciones «Buddha Time (Everything Fine)», «Bread for Butter» y «Stackt», con una interpretación soberbia que el trío completado por Ryan Gut y Mario Lalli abordó con bestialidad, aumentando los decibeles de la versión de estudio. 

A lo largo de su setlist, Brant Bjork hizo un buen repaso a lo más potente de su discografía en solitario. Con una mezcla de sus canciones nuevas como «Sunshine» y clásicos de sus trabajos de ‘Jalamanta’ y ‘Saved by Magic’ como «Let the truth be known», «73», «Low desert punk» y «Automatic Fantastic», desplegaron un show impecable, donde el funk, el punk y el jazz se combinaron en una bola eléctrica del mejor stoner rock. 

Se acercaba el final de la noche y Brant Bjork sacó de la manga  «Too Many Chiefs… Not Enough Indians», otro caballo de batalla de ‘Jalamanta’ que dejó el ánimo por los cielos gracias a esa potencia que se vio durante el trayecto en el que el fuzz fue el rey, especialmente cuando el pedal de Big Muff brillaba en los solos de guitarra. Las últimas cartas de la noche fueron al son de «Daze» y «Mountain».

Brant Bjork demostró en Buenos Aires por qué es probablemente el artista más fiable de la escena de Palm Desert. Durante los últimos 30 años, ha estado ofreciendo un sonido del desierto cósmico y minimalista, como lo describe su sello discográfico. Sus discos y presentaciones en vivo nunca decepcionan, y la noche del sábado no fue la excepción.

Cobertura: Santiago N.

Texto: Rockwheels