Este año, Alkaline Trio puso fin a su sequía de seis años y finalmente lanzó su nuevo disco ‘Blood, Hair, And Eyeballs’. Y aunque en la superficie seis años no son demasiado largos entre discos para Alkaline Trio, sus últimos dos trabajos han sido tan consistentemente geniales que la espera pareció aún más larga en esta ocasión. Han compensado con creces la espera con otro trabajo estelar de pop punk gótico, un género que la banda ha dominado durante décadas.

Hay una enorme ‘X’ negra en la portada del vibrante décimo álbum de Alkaline Trio. En un nivel, es un reconocimiento a que la discografía de la banda haya alcanzado cifras de dos dígitos en poco más de un cuarto de siglo de su carrera. Por otro lado, es un tributo a la clasificación solo para adultos estampada en los carteles de todas sus películas antiguas favoritas.

El álbum es una fusión maravillosamente espeluznante de The Misfits, The Cure y Green Day. La banda aborda los espacios oscuros y desafiantes de nuestro mundo, pero de una manera que inyecta vida en lugar de inclinarse hacia el pesimismo. Matt Skiba aporta su característica entrega cálida y letras contundentes. En lugar de la retorcida angustia, los asesinos en serie y los cultos al asesinato de antaño, estas canciones duplican el horror cotidiano de envejecer en un mundo que se va a la mierda.

Por primera vez desde que la banda comenzó a mediados de los noventa, construyeron las canciones de este álbum de manera colectiva, con todos los integrantes del grupo trabajando en el estudio de Dave Grohl. El álbum también incluye las tomas finales grabadas por el ex baterista Derek Grant, quien dejó la banda a mediados de 2023.

Alkaline Trio suena tan atrevido como siempre, navegando a través de temas importantes en un álbum enérgico. Si quedaban dudas sobre la función del cantante, este disco demuestra que todavía tiene mucho que decir y hay pocas señales de que vaya a desacelerar.