The Smashing Pumpkins y aquellos maravillosos noventa
La icónica banda estadounidense regresó al país con un único show de la mano de ‘The World Is a Vampire Tour’. Billy Corgan dio comienzo el show con The Everlasting Gaze del álbum Machina/The Machines of God se encuentra aproximadamente a la mitad de los 36 años de vida de la banda, una primera canción adecuada para significar el amplio alcance de su carrera.
Corgan dominó el escenario con una presencia segura, teatral mientras se movía por todo su territorio. Un final dramático aumentó en energía para combinarse a la perfección con los feroces acordes iniciales de Doomsday Clock. Los Pumpkins continuaron con una versión de Zoo Station de U2. Luego llegó el turno para la clásica canción Today, que puso a todos de pie, para continuar con Tonight, Tonight, Ava Adore y Disarm. Esos momentos agridulces de melancolía son, sin dudas, donde la banda se destaca.
El baterista de los Pumpkins, Jimmy Chamberlain, se robó el espectáculo cuando se trató de destreza técnica. Enraíza a la banda con precisión metronómica, pero cuando se soltó en Jellybelly, exhibió una delicadeza deliciosamente conmovedora. Luego vino el turno de Mayonaise, Bullet With Butterfly Wings y una versión atronadora de 1979.
El final de la noche llegó con Cherub Rock, Zero y el cover de David Bowie, Ziggy Stardust. La multitud se dejo llevar por la energía de los éxitos pasados. Todos terminamos felices y por un par de horas nos transportamos a este pequeño viaje a los noventa.
Crónica: Rockwheels