Jack White, No Name

La música habla por sí sola y el mensaje es claro: ‘No Name’ es el rugiente regreso de Jack White al ardiente blues garage-punk, una ráfaga de gula de rock que va al grano sin diseños artísticos altisonantes. Sus últimos tres álbumes en solitario lo encontraron alejándose cada vez más de los fundamentos de la simplicidad que siempre defendió. Inspirándose en el hip hop y la música electrónica, sus canciones se volvieron más experimentales, más parecidas a un collage.

El álbum fue grabado en analógico, pero ciertamente se apoya en gran medida en los significados de la autenticidad cruda del punk: la guitarra, el bajo, la batería y ocasionalmente el órgano, grabado sin adornos en el Third Man Studio en Nashville. 

Al minuto de presionar play es evidente que White está de regreso en su zona de confort. Suena más enérgico y feroz que en años. “Old Scratch Blues”, “Bless Yourself” o “Missionary” invocan ese sonido de blues, punk y garage rock. También hay cambios de ritmo, como “Underground” con un toque rock sureño y «Number One With A Bullet», sacando su vena más teatral a las seis cuerdas.

Líricamente aborda temas como la hipocresía, la espiritualidad y la soledad, a menudo con un tono irónico. En una canción, adopta la personalidad de un predicador sureño, mientras que en otra reflexiona sobre la naturaleza de la libertad y el aislamiento. Las letras incluyen referencias ocasionales a tecnologías obsoletas, lo que añade un toque nostálgico al conjunto.

El tapicero de Detroit entregó uno de los discos más sorprendentes de 2024. ‘No Name’ es el disco esencial de Jack White como solista, que en trece canciones le da a sus fans lo que deseaban.