Depeche Mode, Songs of Faith and Devotion
Después del gran éxito de ‘Violator’, Depeche Mode se tomó un descanso y volvió a reunirse un par de años más tarde para crear el sucesor. Pero todos estaban en una página diferente o fuera de sí. Martin Gore sintió un estrés aplastante al tratar de escribir canciones que pudieran coincidir con «Personal Jesus» o «Enjoy the Silence». Alan Wilder y Gore no se llevaban bien. Dave Gahan, influenciado por su tiempo en Los Ángeles, quería hacer un disco de rock y se encontraba en medio de una adicción a las drogas.
Para aumentar la presión, el productor Flood sugirió que la banda viviera junta en una casa, para escribir y grabar en un entorno diferente. La idea de recrear un ambiente “familiar” y de convivencia durante las sesiones de grabación no tuvo mucho éxito, lo que agravó una situación que acentuó los problemas y aumentó las tensiones entre todos los miembros. Este álbum marcó el último de Wilder con Depeche Mode.
La banda tomó toda su frustración y conflicto y lo puso en cada nota del disco
Esto debería haber resultado un desastre absoluto, pero en cambio, ‘Songs of Faith and Devotion’ fue uno de los mejores trabajos de Depeche Mode. Puede haber tenido un nacimiento terriblemente difícil, pero nadie podría discutir la fuerza de los resultados. El disco se desvió de su antigua forma de synthpop/darkwave al incorporar un sonido más agresivo con tintes grunge.
La estética pop de Gore, la actitud rockera de Gahan y la sombría solemnidad de Wilder se fusionaron con éxito, creando el sonido que marcó el álbum. El intenso viaje de una hora y media a las profundidades de la condición humana explora el sufrimiento profundo, el anhelo y la persistencia dorada del amor incondicional podría servir como la banda sonora metafórica de la noche oscura del alma de la humanidad.
El productor Flood quedó marcado por la experiencia en el estudio con Depeche Mode y nunca quiso volver a trabajar con ellos: pero ese era el momento en que el álbum necesitaba ser grabado, y de alguna manera la creatividad comenzó el proceso.
Depeche Mode tomó toda su frustración y conflicto y los puso en cada nota, sus adversidades se encuentran en cada melodía. ‘Songs of Faith and Devotion’ convirtió esa presión inconmensurable en un álbum de diamantes. En el mejor de los casos, es una experiencia divina de otro mundo. Como canta Martin Gore en “Judas”, “el camino más angosto es siempre el más sagrado”.